Otro paseo hacia otra montaña gracias a Tolkien

Título: El Hobbit: Un viaje inesperado

Director: Peter Jackson.

Actores: Ian McEllen, Martin Freeman, Richard Armitage, Cate Blanchett, Hugo Weaving y Andy Serkins.

Año: 2012.

País: USA.

Duración: 169′

Género: Aventuras

 

 

Nueve años después del final de la trilogía de El señor de los anillos que dirigió maravillosamente Peter Jackson, y que acaparó innumerables premios de la academia, la última El retorno del rey (2003) nada menos que once estatuillas, nos llega, de la mano del mismo orfebre, una nueva trilogía, El Hobbit, la historia previa a la gran aventura épica que vivió Frodo.

En esta ocasión le toca vivir la aventura de su vida a Bilbo Bolsón (Martin Freeman). La historia la arranca Jackson en el momento de inicio de El señor de los anillos, en el cumpleaños del susodicho, pero un flashback nos remonta 60 años antes para contarnos cómo fue aquella historia. Cómo no, quien incita a la aventura, no podía ser otro que el gran mago, Gandalf el gris (Ian McEllen), que se planta en casa de Bilbo con una tropa de 13 enanos errantes que buscan recuperar su territorio del que fueron despojados por el dragón Smaug. La primera parte sólo es un tramo del viaje, que deja a los espectadores a las puertas de la patria de los enanos, sin embargo, los peligros no paran de acecharles a estos diminutos soldaditos guiados por Gandalf.

Los orcos vuelven a ser los malos de la trama junto con los trolls. Y Elron de Rivendel es pieza clave para dar un poco de luz al viaje de los pequeños soldados y de su acompañante, Bilbo. El cual encontrará en lo profundo de unas cuevas donde reside el archiconocido Gollum (Andy Serkins) el famoso anillo que tantos problemas dio en la trilogía pasada a Frodo. Pero en esta ocasión no será de suma importancia el anillo, al menos en esta primera parte.

Quizás esta aventura podría haberse solucionado mucho antes sin necesidad de llegar a una trilogía, pero la fidelidad de Jackson llega ya a cotas exageradas. Los diálogos prácticamente son idénticos. Su recreación de la tierra media al milímetro es brillante, acompañada siempre por la excelente música de Howard Shore. Después de ver El Hobbit sólo puedo estar deseando ver ya la segunda parte. No sé si podré esperar un año para ver cómo sigue Bilbo su aventura para ayudar a los Enanos. Pero más que para ver a Bilbo, es porque quiero encontrarle un motivo a la elección del Hobbit para llevar a cabo la fundamental tarea de ser quien abra las puertas de la ciudad al ejército de enanos. No puedo dejar de preguntarme por toda la simbología que guardan estas películas. Si ya me fascinó la que tenía bajo sí la de El señor de los anillos, ésta también lo está haciendo. El problema es que debo reposar muy bien toda la información y visionar la película varias veces para ir descubriendo muchas más cosas.

Las casi tres horas de metraje se pasaron volando, sólo miré el reloj al finalizar para ver qué hora era y no cuánto quedaba. Eso implica que Jackson ha sabido darle el ritmo adecuado a una historia que a-priori se presentaba un poco pesada por la extensa duración. Pero no sólo eso. Me encantó, se me hizo toda la historia muy familiar y eso ayudó mucho. Puede que también el hecho de que fuese Navidad y de que añoraba una época festiva y su viaje a la Tierra Media, ayudó mucho. Al margen de todo esto,  El Hobbit es una película muy recomendable para los amantes del cine de aventuras, de las historias con un mensaje escondido y que se desvela sigilosamente para regocijarnos en la belleza de la historia, por eso, y porque hará las delicias de grandes y pequeños es de notoria mención la adaptación de Jackson de la obra del maestro británico J.R.R. Tolkien, al cual, claro queda que le encantaban los largos paseos.

Lo mejor: La recreación de la Tierra Media.

Lo peor: Su extenso metraje.

Nota: 8,5