El regalo de Valjean: Amaos como yo os he amado

Título: Los Miserables

Director: Tom Hopper.

Actores: Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne, Samantha Barks, Helena Bonham-Carter, Sacha Baron Cohen y Aaron Tveit.

Año: 2012.

País: Reino Unido.

Duración: 152′

Género: Musical / Drama

 

El director de la brillante El discurso del rey (2010), Tom Hopper, ha vuelto con un nuevo trabajo que seguro dejará a la mayoría del público boquiabierto. Nada más y nada menos que se ha atrevido a llevar a la gran pantalla el mejor musical de todos los tiempos, Los Miserables, obra basada en la novela de mismo título del genial escritor francés Victor Hugo. La obra ya fue llevada a la pantalla por Bille August en 1998 con Liam Neeson encabezando el gran reparto de estrellas, pero no tenía el hándicap de que fuese cantada, como en esta ocasión, que lo han hecho bajo las bases del libreto de Claude Michel Schonberg

Resulta muy complicado criticar la obra, pues ¿cómo resumirla? es casi imposible, pero haremos lo que se pueda con la mejor intención posible. La historia gira en torno a Jean Valjean (Jackman), un expresidiario que durante décadas se dedica a huir de la ley, más en concreto del policía Javert (Crowe). A medida que pasan los años diversos sucesos le ocurren a Valjean, como el hecho de hacerse cargo de Cossette (Seyfried), la hija de Fantine (Hathaway) una de sus trabajadoras de una fábrica, que sólo vive por y para su hija, la cual la custodian más que cuidan unos ladrones de poca monta que regentan un mesón (Baron Cohen y Bonham Carter). Una vez que consigue a la pequeña, sus vidas cambiarán y se marcharán a la capital para vivir cómodamente como burgueses, pero nadie podría imaginarse que Cossette encontrará su amor en Marius (Redmayne) en plena revolución de 1832-33.

La adaptación de un musical a la pantalla siempre es complicado, siempre hay muchos detractores detrás para criticar severamente a la película ensalzando mucho más la obra de teatro, la cual siempre va a estar por encima porque hay mejores voces, pero en este caso todo está prácticamente a la altura. Muy pocas han sido las voces que han detestado la obra de Hopper. Su magistral inicio de la galera llegando a puerto y el tema Look down a coro ya ponían los pelos de punta y hacían vibrar a todos los espectadores en la sala. Sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar. Anne Hathaway despliega un chorro de voz tan potente y emotivo que provoca las delicias de todos los de la sala, incluso afloran ciertas lágrimas en algunos rotros, pero la cosa no queda ahí, su testigo vocal lo recogen al fallecer su personaje Seyfried y Barks en el apartado femenino y dejan a todos atónitos. Y eso que lo mejor seguía por llegar. Aparecieron los amos del mesón, un Baron Cohen y una Bonham Carter más que brillantes. Se les nota demasiadas tablas. Sacan cualquier cosa adelante, pues sus papeles son de los más complejos, pues en los tonos que deben cantar son muy complicados. Y avanzan las escenas y los números musicales hasta llegar al final de la obra, en la que Hopper se supera recreando de forma inverosímil la muerte de Valjean, cual Cristo entregado para salvar a los hombres entrando en la Gloria de Dios Padre de la mano de la gente que le ha ayudado en su vida, Fantine, que está agradecida por haber cuidado de su hija y el obispo de Digne, el hombre que le liberó y perdonó cuando había reincidido, mostrándole así el perdón y el amor divino. Un amor que Valjean ha sabido transmitir con sus defectos.

Puede que a muchos les resulte un poco cargante tanto número musical en el cine, es cierto que en el teatro hay un pequeño descanso que ayuda a digerir toda la obra y a degustarla mucho mejor, pero así es el séptimo arte. No hay respiro, no está permitido el parón, se rompe el ritmo. Pero el hecho de que no haya parón no resulta del todo cargante, si uno ha entrado bien en la película no lo acusará, los ritmos de los temas hacen subir y bajar los ánimos para calmar los sentimientos en todo momento. Esto Hopper lo ha sabido controlar a la perfección y el resultado que le sale es el de un filme brillante.

En cuanto a la elección del reparto poco se puede decir, son todo elogios. Hugh Jackman está fantástico como Valjean, aunque su voz no sorprenda, pues ya ha participado en musicales y se sabía de su potencial. Jackman ha recibido el papel de su carrera probablemente, pero esto no le reportará más que nominaciones a los premios, no creo que se lleve ninguno, quizás el Globo de Oro. Igual ocurre con Amanda Seyfried, que en Mamma mía! (2008), ya demostró que eso de cantar se le da bastante bien. Quien sí que ha sorprendido a todos es Anne Hathaway, que vuela directa al Oscar pasando previamente por el Globo de oro al mejor papel femenino de reparto y de forma más que merecida. El único al que se le puede criticar la voz es a Russel Crowe. Está correcto como Javert, pero su voz no es lo suficientemente buena como para dar vida a ese personaje. Aún así él, como actor, no está nada mal. Lo cual siempre se agradece. El otro actor que me ha sorprendido gratamente ha sido Eddie Redmayne, al cual sólo puede ver en la serie de Los pilares de la tierra (2010) y en la película de dudosa calidad Black Death (2010) junto a Sean Bean.

En el aparato ténico Hopper se supera y crea una ambientación sensacional de la Francia del XIX. Muchos han criticado sus movimientos de cámara, sobre todo del inicio. Dicen que son mareantes. Personalmente no les veo tara alguna. Son impactantes, potentes. Dónde más falla quizás sea en algunos primeros planos, pero el espectador tampoco se va a percatar de eso, sino que se va a centrar en la pieza musical del momento. Así que en ese sentido ha sabido salvar muy bien los muebles el director, impidiendo que la película se le desplome por ese lateral.

Tras lo dicho, si quieren pasar dos horas y media disfrutando en la sala del cine con el mejor musical de la historia vayan al cine, acudan en masa, pues Los Miserables no les decepcionarán. La obra que es recomendable a todos los públicos mayores de 7 años dejará a todos boquiabiertos, con ganas de participar en la Revolución y luchar por la «verdadera» libertad que propone Victor Hugo. Aunque prefiero quedarme con el mensaje de amor que transmite con la figura de Valjean y que en la obra, durante el periodo de encuentros entre Cossette y Marius se define de forma brillante:

«El amor es Lo único que puede ocupar y llenar la eternidad. El infinito necesita Lo inagotable. El amor es una parte del alma misma, es de la misma naturaleza que ella, como ella, es una chispa divina, como ella, es incorruptible, indivisible, imperecedero.[…] Es una particula de fuego que está en nosotros, que es inmortal e infinita a la cual nada se puede limitar, ni amortiguar. Se la siente arder hasta la médula de los huesos, y se la ve brillar hasta en el fondo del cielo. El amor verdadero se desespera y se encanta por un guante perdido o por un pañuelo encontrado, y necesita la eternidad para Su desinterés y sus esperanzas. Se compone a la vez de  lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño.»

Lo mejor: Anne Hathaway y el final. Acabarán aplaudiendo.

Lo peor: A muchos se les puede hacer larga y Russell Crowe, su voz, por mucho que me pese, no es la apropiada para hacer de Javert, pese a sus buenas intenciones con el personaje.

Nota: 9,5